CRÓNICA / Caminar por la 19, es pa' machos

Por / CATALINA PATIÑO

Salí sola de mi oficina, caminando desde la carrera 13 hasta la carrera 5 por toda la calle 19 del centro de Pereira, me dirigía a una cita odontológica en medio de mi horario laboral, por lo cual, salí simplemente con mi celular en la mano con la intensión de no demorarme más de 30 minutos, pero desde que pasé la primera cebra del semáforo hacia la carrera 12, empecé a sentir las miradas y a escuchar los susurros de hombres, a mi parecer, desempleados o mantenidos, admirando “mi belleza” de la manera particular que caracteriza a la mayoría de hombres en este país…morbosa, sentía sus respiraciones casi en mi oreja, así que decidí fruncir mi seño, aligerar mi paso, respirar profundo y pensar que caminaba por la playa….jajaja, pero fue imposible. 


Cuando empecé a esquivarlos por miedo a que se sobrepasaran y tocaran mis glúteos, entonces me encontré con que estaba atrapada entre pirámides de verduras y frutas, carritos de café con pandebono, tapetes de cd´s piratas, puestos de fritanga de chicharron y chorizo con arepa, montañas de tenis “los originales a 10 mil”, vitrinas itinerantes con artículos de cacharrería, todos estos gerenciados y administrados por individuos que se unían al mismo grupo de inadaptados del inicio, todo este calvario duró hasta la carrera 10.

Bueno, logre pasar los obstáculos de ventas ambulantes y salir ilesa de aquel encuentro con el morbo y el asecho de esos animales hambrientos, hasta que llegué a la carrera 9 donde me tocó empezar prácticamente a correr por la calle para evitar que vehículos particulares y taxis me atropellaran, pero no era para menos, yo estaba invadiendo su terreno, lastimosamente ya no cabía en el anden, pues los puestos de relojería, de revistas, carretas de verduras y jugos granizados, bordeaban todas las aceras, me era casi imposible subir y menos caminar sobre ellas, así que decidí con temor, caminar a gran velocidad entre los vehículos para poder llegar a tiempo a mi cita, y pensaba…¿por qué no vine en carro o en moto o en taxi?, hasta que me dio por mirarle la cara a un conductor y pude verle sus ojos de angustia, desespero y rabia por haberse metido por el centro, entonces dije, gracias a Dios me vine caminando…jajaja, no sabe uno que es peor, definitivamente el centro de la ciudad se ha convertido en un caos, en la lucha entre seres humanos y maquinas por salir del atasco o por crearlo.

Finalmente llegué a mi cita y 10 minutos después salí de ella, justo en la 19 con 5. Entonces le di una oportunidad a mi visión de ciudad perversa y dije: el problema es mío, por creerme tan “chimbita”, esas personas necesitan sobrevivir y lo están haciendo de manera legal, me reiteré, si. Yo soy la del problema, ahora me devuelvo por la acera de en frente y todo será diferente.

Empecé a descender, pero la tranquilidad solo me duró una cuadra, por que al llegar a la del Parque Bolívar nuevamente empezaron los piropos depravados a rondarme la oreja. Hago una claridad: no soy “exótica”, no uso escotes, tampoco minifaldas, no soy rubia, mucho menos delgada, todo lo contrario, soy una mujer clásica, aunque con un trasero muy atractivo jajaja, eso dicen mis amigos, claro que eso no les da derecho para que se sobrepasen conmigo. Y entre ancianos pensionados, multitudes de vendedores de minutos a celular, carritos de café, mimos, payasos, fotografos, indigentes tirados en el suelo, trabajadoras y trabajadores sexuales, logré pasar hasta el semáforo nuevamente de la carrera 9.

Seguí caminando con mi camisa manga larga de cuadritos, mi pantalón café oscuro y mis baleticas rojas, pasando por encima de tomates aplastados, cáscaras de papa, millones de colillas de cigarrillo y vasos desechables todos con residuos de café, sobre  la acera de la carrera 12, hasta que llegué nuevamente a mi trabajo casi llorando de indignación y desilusionada de sentirme tan débil, de ver a mi ciudad en ese estado de invasión y descomposición social, ya no tenemos espacio publico para disfrutar, ya es un espacio de terror por donde toca caminar.

A todo esto sumémosle la inseguridad, que lastima en lo que se ha convertido mi ciudad, solo espero que la modernización de la calle 19 con la llamada Calle de la Fundación, sea un cambio positivo para la recuperación del espacio público y la seguridad de una de las calles mas importantes del centro.

Al terminar esta crónica y cuando la estaba empezando, pensé: ¿Por qué me afecta tanto si son bobadas?, pero en mi calidad de periodista, es difícil dejar de pensar la ciudad.

1 comentario:

  1. Amiga Cata: sientate orgullosa o al menos ilesa de tu safari por la selva urbana en que se ha convertido la trasnochadora, pues solo fuiste herida con palabras soeces que resaltan tu hermosura. Te salvaste porque si en lugar de subir por la 19 lo hubieras hecho por la 18, no solo ofenderian tu belleza sino que hasta manteca te untan en la cabeza

    ResponderEliminar