Gobernación de Risaralda entrega recomendaciones para que los padres prevengan las enfermedades como las infecciones respiratorias y la diarrea.
Una buena alimentación con leche materna, la aplicación de las vacunas y algunas medidas de bioseguridad como el lavado de manos pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte de un niño.
Así lo pueden confirmar los padres de 1.871 niños menores de un año que el año anterior fueron hospitalizados en Risaralda por causa de las infecciones respiratorias agudas, consideradas como las enfermedades que más afectan a los niños menores de cinco años.
“Cada año anterior cerca de 11 mil niños menores de un año consultan al médico en el departamento por causa de las infecciones respiratorias agudas, como la bronquiolitis y la neumonía”, señaló la secretaria de Salud de Risaralda, Lina Beatriz Rendón Torres.
En efecto, las enfermedades infantiles más comunes son las infecciones, que se caracterizan por su rápida transmisión de un niño a otro por vía oral y que son producidas por virus o bacterias. Entre las enfermedades más frecuentes también se encuentran la diarrea que en un año puede enviar al médico a 23 mil risaraldenses.
Medidas de prevención
La mayor parte de las infecciones víricas se previenen gracias a la vacunación. La aplicación de vacunas constituye la medida de prevención más efectiva contra algunas enfermedades graves como la neumonía, tosferina, influenza y sarampión. Estas vacunas se aplican gratis en las Eps, hospitales, puestos y centros de salud.
Las vacunas actúan reforzando las defensas del niño. Por ello, los padres deben ser conscientes de la necesidad de vacunar a sus hijos y disponer de la información suficiente sobre cuántas y cuáles son las vacunas que deben recibir sus hijos.
Los neumólogos también recomiendan incrementar las raciones de verduras y frutas en la dieta de los pequeños en invierno, especialmente de los cítricos ricos en vitaminas A y C como la naranja y la mandarina.
Es importante también que los niños se laven las manos con frecuencia y que lo hagan “a consciencia”, es decir por ambos lados de la mano y durante al menos un minuto. Antes de comer y cada vez que entren a casa deberían lavarse las manos.
Dentro de lo posible, se debe evitar el uso común de juguetes y sobre todo de que no compartan utensilios como vasos, platos y cubiertos o que se den de comer los unos a los otros, algo bastante común en los niños. Por supuesto, todos estos utensilios deben ser lavados cuidadosamente.
Lactancia materna
Pero la forma más efectiva, amorosa y económica de prevenir las enfermedades en los lactantes es alimentarlos desde que nacen con leche materna, ya que esta contiene anticuerpos que los protegerán de las infecciones respiratorias y gastrointestinales.
Las infecciones respiratorias pueden complicarse si los niños están desnutridos o si el cuadro viral no se cuida adecuadamente.
Si esto ocurre, la mucosa de la nasofaringe puede convertirse en la puerta de entrada de infecciones bacterianas como la amigdalitis, sinusitis, bronconeumonía o traqueitis y meningitis bacterianas, que son más severas y requieren tratamiento empleando antibióticos.
¿Qué hacer cuando están enfermos?
Las infecciones respiratorias se transmiten a través del aire por gotitas con secreciones y virus que otros niños enfermos expelen al toser o estornudar. Por eso es importante usar pañuelos limpios para manejar las secreciones nasales y no llevar los niños al jardín cuando están enfermos.
Como la mayoría de las infecciones respiratorias en los lactantes son virales, se recomienda asear la nariz del menor aplicando una solución salina, suero fisiológico, en la nariz.
De igual forma, se sugiere no encerrar al niño en el cuarto sino permitirle estar en la sala y el comedor para que respire aire fresco; además, darle mucho líquido, y en caso de dolor y fiebre mayor de 39 grados centígrados administrarle acetaminofén, según las indicaciones del médico pediatra.
El niño no debe llevarse a la piscina, ni salir con él después de las cinco de la tarde, porque hace mucho frío y el viento es más fuerte, evitar el aire acondicionado y los cambios bruscos de temperatura.
Es importante que los padres aprendan a identificar si se trata de una gripa común de corta evolución (dos a cuatro días). El cuadro clínico empieza con estornudos, secreción nasal clara, fiebre, irritación, conjuntivitis, tos y dolores de garganta y oído.
Si la infección respiratoria es frecuente, se repite cada mes o cada dos meses, tal vez se trate de una alergia del tracto respiratorio. En ese caso, es imprescindible que la familia no exponga al niño a los alérgenos (como el polvo) en la casa, el apartamento de los abuelos o en la guardería.
Otras medidas propuestas si el niño tiene una infección respiratoria son: que duerma solo en la cama-cuna, cambiarle la sábana cada dos o tres días, no tener mascotas, disminuir el tiempo en las piscinas, no aplicarle colonias, perfumes o talcos y, por parte de la familia, no fumar dentro de la casa, no aplicar insecticidas, no barrer ni sacudir cerca del niño.
Muy buen aporte. Saber de qué manera prevenir este tipo de enfermedades es fundamental teniendo en cuenta las graves consecuencias que pueden causar en los más chicos.
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