Fincas localizadas en los municipios de Apía, Marsella, La Celia y Belén de Umbría, han resultado afectadas por la Arañita Roja.
Teniendo como precedente, que en los últimos días han resultado afectadas más de 100 fincas en el departamento, por la aparición de la plaga Arañita Roja, la Gobernación de Risaralda a través de la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, hizo un llamado a los caficultores para que la ataquen de forma responsable y efectiva, para que ésta no siga perjudicando los cultivos.
“Se recomienda a todos los caficultores que tengan lotes afectados, de abstenerse de utilizar productos no recomendados para su control, ya que las aplicaciones indiscriminadas de insecticidas, solo conllevan a un desequilibrio ecológico. Por lo tanto es necesario fomentar la biodiversidad de enemigos naturales que permitan mantener las poblaciones de este artrópodo en un porcentaje muy bajo”, dijo José Horacio López, Secretario de Desarrollo Agropecuario.
Además aclaró, que cuando se observen árboles o grupos de árboles de color rojo cobre, es recomendable realizar una aplicación localizada solo a estos árboles, utilizando acaricidas, sin dejar de lado las recomendaciones de manejo seguro de plaguicidas
Los siguientes acaricidas pueden ser usados para el control de esta plaga: Oberón (1 c.c/litro), Sunfire (1 c.c/litro) y Vertimec (1 c.c/litro), Difón (1 c.c/litro) en mezcla con Abafed (1 c.c/litro), repitiendo su aplicación a los 20 días. Aunque es importante aclarar, que ninguno de estos productos posee registro ICA para café.
Finalmente el Secretario de Desarrollo Agropecuario, José Horacio López Castro, recomendó a todos los caficultores risaraldenses, que al encontrar algún cambio en sus cultivos, comunicarse con el Comité de Cafeteros de cada localidad o con la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, con el fin de resolver todas las dudas y prestar la ayuda posible con la asistencia técnica que se tiene en el departamento.
Pero no dijo el inteligente Jota de donde saldran los recursos para controlar la arañita. De dignosticos estamos hasta la coronilla. Hechos no palabras.
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