OPINIÓN / Dos noticias importantes (Primera Parte)


Dos noticias, una regional y otra nacional, nos han llevado a reflexionar sobre asuntos que consideramos importante comentar.

La regional: la participación de nuestra Cámara de Comercio en la Asamblea General de CONFECÁMARAS recién realizada en Cartagena. Reconocemos que su Director Ejecutivo, doctor John Jaime Jiménez Sepúlveda, es un aguerrido abanderado de la defensa de nuestra industria y comercio y que ha sido un denodado e incesante luchador por impulsar nuestras exportaciones y con ellas el empleo.


Estamos inmersos en una economía de mercado signada por la oferta y la demanda. Mayor demanda requiere mayor oferta, la que implicaría más producción de bienes y servicios y, por consiguiente, se generaría más empleo y/o nuevas fuentes de él.

No tenemos a mano estadísticas que nos indiquen el volumen de las exportaciones locales. Pero sí creemos que nuestro calificativo de “Municipio Industrial de Risaralda” ha perdido piso porque varios industriales han emigrado hacia otros lares por falta de garantías para la operación de sus empresas. Y ninguna nueva se avizora en el horizonte en el desarrollo municipal. Por ello entendemos y apreciamos el esfuerzo del Presidente de nuestra Cámara de Comercio en buscar nuevos canales de exportación y en consolidar los existentes, como mecanismo de evitar el éxodo de las pocas empresas que nos quedan.

Y mientras el doctor Jiménez Sepúlveda tesoneramente se ocupa de lo suyo, ¿qué hacen la Administración y el Cuerpo Coadministrador de nuestra ciudad, para y por incentivar la creación o asentamiento de nuevas industrias y la permanencia de las que hay? Pues bien sabido es que muchos especiales incentivos, particularmente de orden tributario, de infraestructura y de ordenamiento territorial, no dependen de la Cámara sino del Municipio.

Ahora vale la pena recordar lo que hace tiempo expresó el economista John Stuart Mill “Lo que necesita un país para hacerse rico no es nunca el consumo, sino la producción. Allí donde esté esta última, podemos estar seguros de que no falta el primero.” Y esto nos lleva a retomar la conocida ley de Jean-Baptista Say: “Un aumento en la capacidad productiva creará empleo e incrementará naturalmente la demanda de productos en general. Por tanto la capacidad productiva se considera como la base para la creación de empleo y el bienestar económico que le sigue”. Reiteramos que estamos en una economía de mercado regida por la oferta y la demanda, por lo que John M. Keynes, en contraposición de los dos conceptos anteriores, creía necesario estimular la demanda lo cual llevaría a acrecentar la oferta, la producción.

La capacidad adquisitiva de la mayoría del pueblo colombiano es baja, tendiendo a muy baja. Cuando el Banco de la República tuvo la tasa entre 4% y 4,75%, la demanda aumentó sensiblemente en el país, apuntalada en el endeudamiento de miles de familias, lo que dinamizó la oferta. Pero ese endeudamiento asustó al Emisor y decidió detenerlo aumentándola al 5% y luego al 5,25%, lo que implicó la drástica reducción de la demanda.  Por ello recientemente, a petición del Presidente Santos, la bajó al 5%; no obstante la demanda sigue baja. El endeudamiento en bienes de consumo bajó el 52% y se resintió la oferta y, con ella, aumentó el desempleo en algo así como el 1,1%. 

Pero acá le “nace otra pata al gato”. ¿Ese aumento en la demanda que se presentó el año pasado y en el primer trimestre de este, fue de productos nacionales, fomentando así nuestra industria? ¿O fue mayoritariamente de bienes importados? Es demasiado temprano para medir el impacto de los TLCs que han entrado en vigencia.

En cuanto a las exportaciones, existe un tropiezo coyuntural: la devaluación de nuestro peso. A menor valor en Colombia de la divisa preponderante, el dólar, menos pesos colombianos reciben nuestros industriales por sus exportaciones y más pesos convertidos en dólares tienen que desembolsar por la materia prima importada. Y no cabe duda de que esto ocasiona un gran desequilibrio en la balanza de pago de los industriales exportadores. Y decimos que es un tropiezo coyuntural, en la esperanza de que el peso se revalúe a niveles razonables.

No obstante hay que seguir adelante impulsando las exportaciones de nuestros productos, en procura de lograr fuentes de trabajo establece con salarios dignos. Por ello vemos con satisfacción los esfuerzos del Presidente Ejecutivo de nuestra Cámara de Comercio, a quien deseamos éxitos en tan difícil como loable propósito.

La otra noticia mencionada, de orden nacional, es el nombramiento de nuevo Ministro de Hacienda, de la que nos ocuparemos en el próximo artículo, dado lo extenso que nos resultó este. Hasta entonces.

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