Quiere ser opción. Alternativa cierta en la política electoral. Tanto en la Asamblea y en el Concejo de Pereira- como en otros tantos- no olvidan las consecutivas derrotas en las urnas para cargos de elección popular.
Tienen representación que nadie discute pese al desastre frente al sufragio.
En Pereira, quiere tener candidato a la alcaldía. El hoy presidente del Concejo, Yesid Rozo y Juan Pablo Gallo, han dicho que les anima el deseo. A su juventud, suman experiencia.
A ello, agréguele, un claro surtido de legítimas aspiraciones – casi media docena – que irrumpen en la U. Ni que decir de otros nombres como Mauricio Vega y Felipe Córdoba, que quieren dejarse contar.
Desde diferentes ópticas, la ciudad reclama un super gerente o una persona con experiencia en la administración. El tema es de votos y no de alegres compadres o de gremios camuflados o efervescentes que hacen ruido a la bulla de los cocos. Muchos de ellos con representación pusilánime a la hora de abrir el inventario y pisar el ruedo político. Política de salón y sonsa.
Decía, entonces, que el Partido Liberal busca un reciclaje surgido no de imposiciones o de emboscadas. De vetos o cerrados libretos que caricaturicen la debilidad de su dirigencia.
Se necesitan que fluyan las aspiraciones. Que las listas para la Cámara no sean el lapicero o el capricho. Que ahora que no se colocan de acuerdo para el Senado, que se bambolean las franquicias de todos los colores y suman el supermercado electoral en una nefasta compra venta.
Hay peaje no nos llamemos a engaños. Solo queda que este viejo liberalismo sacudido por desmesuradas ambiciones, frene la hemorragia. Que le cautericen la vena rota de los personalismos. Nadie es más importante que este trapo rojo arreado por bruscos despropósitos y notorias zancadillas.
De “golpe con golpe yo pago”.
Hemos de ver una lista para la Cámara como ráfaga de metralla. Como escudos humanos. No para sumar sino para disparar como se pronostica.
Lo salva la mano de concejales y diputados que deben de obrar con inteligencia, mucha sensatez, para separar la arrogancia de sus directivas y las embestidas perpetuas de sus incoherencias personales.
Tampoco, dejarse atrapar por un facilismo empalagoso que los convierta en rivales de las diatribas propias de su individual presencia en una lista para la Cámara.
Ello ocurre, mientras grupos como UNIR. Opción Centro. MIRA y –como no- Cambio Radical, quieren sumar para apuntarle a la cuarta Cámara de Representantes. Lo otro es seguir mirando para el páramo como se entrega un electorado dócil, doméstico, y tonto a la subasta tendida para el Senado.
Ojalá ese liberalismo nuevo no deje manchar la bandera roja que hace rato no flamea porque perdió su decoro y la confianza en su electorado.
Lo otro es aceptar que bien puede entrar el diablo para que escoja….
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