La política tiene espectro superficial. Se hace en una casa - estudio natural, convertida en la pasarela de sus mejores apetencias.
De ser poderosa, cargada de invictos y pasado, hoy florece un Representante que busca “lista cerrada” para moverse a su antojo.
Por eso no es de extrañar que el ex candidato a la gobernación roja, el ex gerente de la CARDER, Alberto Arias amanezca hoy de candidato a la Cámara. Bajo el parámetro que le pueda colocar votos nuevos a esa lista.
Ya lo había intentado en este mismo proceso, el diputado Mario Marín, quien ha dudado mucho en la búsqueda de su destino político. Mario esa opción la desechó. Más no así el doctor Arias, que está dispuesto a sumar.
Con Edison Noreña, son 3 los candidatos. Lo acaba de reiterar en la llamada lista serpista en Risaralda. Edison, no es de los que se deja empujar o que lo hagan a un lado. Conoce el negocio –socio.
Ellos creen – los “oficialistas” - que puedan estar muy por encima de los 100 mill votos. Hacen cuentas de calculadora como si estuviesen solos en el patio.
Más desaforados que el conato de lista por Cambio Radical a la cual UNIR le apuesta colocarle 20 mil sufragios con Juan Carlos Ríos y 15 mil más con Víctor Hugo Guapacha. Leáse entramado de Octavio Carmona, hoy “suelto” de Vivian Lòpez, quien no fija derrotero si aspira o decide apoyar otro candidato. Es seguro que no acompañará el candidato de Carmona.
En Risaralda, que elige 4 representantes hay más franquicias que jefes. Ni que decir de la famosa “prostitución” (circunscripción) nacional para el Senado. Calculan que los votos que se irán van a ser superior a los de años anteriores, hablo claro está de Risaralda.
La política está en estado de alerta. Tiene senadores por los cuatro costados y por el aire y por agua. Pese a contar hoy con un diputado – candidato solitario (Herman Calvo) a quienes todos miran de reojo. Hay acuerdos con ranquin de votos diversos.
Da la impresión que para todos alcanza sin atajos a esa forma extraña y “pragmática” de ver el clientelismo criollo moviéndose como peaje. Alcanza y estira como resorte.
Ese es el resultado de intereses diversos y de divisiones que nadie oculta por más “amarrados” que quieran aparecer en la foto.
No es para sonrojarse, que hay líderes liberales con credencial que miran “bajo la mesa” otros apoyos donde la mermelada se reparta. No importan los colores sino la tajada. Más allá de maquinaria y de endosos.
En Risaralda, este liberalismo que se paseó muy tieso y muy majo, huele a rastrojo. Afronta profundas divisiones y grietas. Solo espera resucitar en elecciones de alcaldías, gobernación, concejos y Asamblea, si juega sin zacandillas y emboscadas o descalificaciones mayores.
Falta, he reiterado, un espeso surtido de la fauna política, a buscar “nido” en un territorio escaso de liderazgos al senado. Solo Juan Sammy (PC)y Carlos Enrique (U) sobreviven. No son pocos los envites para sacarlos del ring. Da risa el propio presidente conservador Omar Yepes tomando partido con su mentor a la Cámara y señalando herederos para el senado en Risaralda, cuando no es un secreto que en Caldas se juega su prestigio y cuyo golpe seco de puerta cerrada le acaban de dar con la pérdida de la gobernación. Se resigna al entierro del barco – yepismo.
Gloria Inés Ramírez (POLO) queda en el congelador.
En el liberalismo estamos en el tiempo de los dinosaurios. Esperen el coleteazo.
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