1-. Es seguro que el gobierno de Pereira que ha mantenido en reserva , el “moño” del regalo del Sesquicentenario, decida colocárselo ahora y no “enterrarlo” en la luminosa cápsula que encandiló a más de un cerebro fugado: el paquete de obras por Valorización que se vienen.
Son 16 proyectos, incluido el cierre del anillo longitudinal, lo que de por sí es el cierre de la sinfonía inclusa en materia de infraestructura. Valen en total 134 mil millones y no se ha dicho por “donde van a regar la mermelada”. Habrá discusiones sobre la conveniencia o no de las obras.
Se habían hecho “tìmidos” y “tibios” anuncios sobre la realización de obras por Valorizaciòn pero ya son una realidad y el gobierno del alcalde Enrique Vásquez. decide coger el toro por los cuernos.
Falta observar la reacción de dicha decisión que como es sabido tiene su costo político ya “entrado en gastos” el gobierno local.
2-. El “fantasma” de mover al doctor Maurier Valencia, ronda a COMFAMILIAR.
Ya existe candidato para “poner” con un bloque mañoso que se monta a sus espaldas y de algunos consiliarios que conocen de antemano la emboscada.
Es un hábil “asegurador” de apellido Muñoz que hace rato está como las benditas ánimas del purgatorio: no la han llevado a descansar.
Los directivos por parte de los trabajadores están listos y falta el de los empleadores cuyo nombramiento tuvo que devolverse a Bogotá por inconsistencias.
La política de esquina, de franquicia y de atajo, hace rato le tienen la mirada por muchos costados a esa apetitosa entidad que ha sido orgullo Pereirano. Nada de raro tiene que para cerrar la Pereiranidad, le den “golpe de estado” al doctor Maurier que es el equivalente como si se lo dieran a Pereira. Horror de horrores.
COMFAMILIAR no se hizo con la gula electorera, sino cuando existían lealtades por la ciudad. Había trabajo e institucionalidad y no vagabundería y compinches. Hay que hacer un convite cívico para frenar la hemorragia que se quiere “tomar” por asalto a COMFAMILIAR, verdadero orgullo de región y sello social por antonomasia.
3-. “Nuestro Hombre en Bruselas”: El apreciado doctor Rodrigo Rivera, saltó del Ministerio de Defensa a la contemplativa vida diplomática en Bruselas. Poco se ha vuelto saber: tal vez que se llevó a un “fi – fi” para que lo acompañara en ese agitado periplo por “las Europas”.
De Pereira pocón. Solo que ahora será noticia porque quiere remangarse para aspirar a la Contraloría General de La Nación. Felipe Córdoba llegó muy alto pero resbaló no se sabe en qué cáscara de banano.
Nuestro diplomático, quiere retornar por lo alto casi que de manera imperceptible. Solo que lo mata el ruido de sus aspiraciones. Lógico que con la anuencia de sus pasados amigos liberales y de la U. Ah y de Santos.
El péndulo está listo igual que su cuenta regresiva ahora que hierve la clientela política. La puerta es giratoria.
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