El mar político está infestado de tiburones. Por eso, se habla de un Congreso para pensar a Colombia en grande, así algunos sean unos “avestruces” con la cabeza clavada en sus intereses egoístas.
Por eso, desde oscuros sectores, se pide recorte del senado nacional para circunscribirse a una territorialidad que genere representatividad, que implique conciencia para votar en la escasez existente.
En Risaralda, la credibilidad está por verse. Cada día sobran más dedos de la mano para repicar la ausencia de legitimidad, el vacío en que se instalan parapetados detrás de ciertos Representantes aislados de la comunidad. Sembrados en mediocridad.
No le huye este Soto modelo 2014 a metales que cubren su caparazón político. No tiene la angustia del voto ya que regenta en la región, la consolidación de la mayor fuerza política. Su sentido común, su pragmatismo, lo hizo un político con fondo. No cualquiera sino el que está al frente de la tropa. La misma que es un ejército capaz – como ningún otro partido – de levantar las dos Cámaras y apostarle a repetirse Senado. No hace política de garaje: su estructura partidista asoma en cualquier rincón sumando mayorías entre comunales, concejales, fuerza política, alcaldías…líderes sociales. Base sacada del subsuelo al que se le ha brindado oportunidades.
Acaso, ¿alguien duda hoy de su liderazgo y de esas mayorías que ordena sin alteraciones en el mando? Revisen, el equipo con que se juega la Cámara y en el cual sobresale el ingeniero Didier Burgos que ha hecho una meritoria y gran tarea; Israel Londoño con patrimonio político propio: con una honesta Martha Helena Bedoya y un rescatable trabajo forjado con pundonor con Luis Enrique Saldarriaga. Soto es un hombre de consensos pero que también hace respetar las normas. Dialoga sin entregar disciplina.
¿Ha hecho el senador Carlos Enrique Soto, una buena labor?
Él, entrega informes de gestión continuos como muy poco lo hacen. Es una forma de responsabilidad política aferrada al depositario de su voto (ley de primera infancia, ley de Familias en Acción, el fortalecimiento de las Áreas en modificar estas, gestión por la región, ha actuado con respeto en la construcción de partido).
Pues, bien, de él se podría señalarlo de muchos vacíos pero nunca de ser un Congresista adscrito a cartel alguno. De prohijar la corruptela o acciones delictivas – torcidas - alrededor de escándalos.
-¿Tiene credibilidad política el senador Soto?
En las urnas está invicto y esa es una molestia creciente. Su mandato vuelve y juega en medio de la polvareda electoral de la cual siempre sale avante. Es un candidato hoy de conveniencia para muchos sectores. No le pertenece en exclusividad al partido de la U.
Su herencia electoral toca muchos directorios donde goza de sólìdas simpatías ante el desbarajuste electoral y en donde muy pocos de verdad mandan. A Soto lo favorece que es un líder que sembró Unidad. Que hace la tarea, que camina los Ministerios, que viene cuando otros apenas van agobiados por la derrota. Así le moleste a muchos: es un mandón que se deja tocar, reconocido y que no se esconde entre las filigranas del poder que de verdad tiene. ¡Mantiene en la trinchera!
Muchos se frotan las manos esperando que al alcalde Vásquez le vaya mal para bajar del curubito al “coco” de Soto. Lejos están de una realidad electoral en la cual se emplea a fondo para ampliar el espectro del voto. Él ha prohijado -casi sólo – un serial de proyectos cercano al embrujo. Revisen y supera el reto al momento de la evaluación.
Muchos se frotan las manos diciendo que el gabinete es malo cuando hoy están lejos del poder y cercanos a las elecciones. Gabinete de confianza para conducir la ciudad. A todas estas, ¿Merece reelegirse Soto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario