Agencia de Noticias RAM
El más grande de todos los escritores latinoamericanos, en resumidas cuentas, fue Gabriel García Márquez.
Eso es lo que destacaron los presidentes Enrique Peña, de México, y Juan Manuel Santos, de Colombia, al participar en el homenaje nacional que se rinde al escritor, fallecido el jueves a los 87 años, en el Palacio de Bellas Artes.
"Es el más grande novelista de América Latina de todos los tiempos", dijo Peña: "Incluso ha sido equiparado por la crítica con el propio Miguel de Cervantes, el creador de la novela moderna".
"Su voz es propia y nos define", dijo en su turno Rafael Tovar y de Teresa, titular del Conaculta, al asegurar que la obra de García Márquez reinventó el lenguaje latinoamericano, como su admirado Juan Rulfo.
En el homenaje se recordó al García Márquez entre dos naciones, la que lo vio nacer, Colombia, y la que adoptó para vivir por más medio siglo, México, en donde creó el legado de libros que ahora dejaba para los lectores que ya están y los que habrán de venir.
"Para alegría y honra de nosotros, los mexicanos, nuestro homenajeado escribió en la Ciudad de México la obra que le dio reconocimiento mundial", expresó Peña.
El propio autor dijo un día: "Aquí he escrito mis libros, aquí he criado a mis hijos, aquí he sembrado mis árboles".
Quienes despedían al escritor en Bellas Artes, dijo Santos, ratificaban su compromiso con la utopía posible, con una América Latina que supera su soledad y encuentra su segunda oportunidad sobre la tierra.
"Qué privilegio, y lo digo en nombre de los colombianos, llamar compatriota al hombre que imaginó a Macondo y que escribió sobre el poder más grande, más influyente de todos, que es el poder del amor", advirtió.
Después de sus discursos, los mandatarios ofrecieron una guardia de honor.
Mariposas amarillas de papel llovieron sobre ellos al término de la misma alrededor de la urna que contiene las cenizas del escritor.
La tarde que habría de despedir a Gabo llegaba a su fin, pero los lectores aún querían despedirlo, y las puertas se reabrieron para que continuaran los adioses.
Se informó que el recinto cerrará sus puertas a las 21:30 horas, aunque cientos de lectores siguen en la fila deseando entrar a despedirse del autor. Además, las cenizas ya fueron retiradas por su familia.
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