OPINIÓN / El repitente representante Burgos


Su fuerte es la disciplina para armar conceptos y ponencias en torno a delicados temas sociales: vivienda en todos sus techos, la espesa reforma a la salud, madres comunitarias, la pensión familiar, pensionados, riesgos profesionales, pago de licencias de maternidad, el sistema general y el estatuto único de la Seguridad Social, pacientes terminales, protección al cesante, prevenir la hipertensión arterial, reglamentación del ejercicio de la cirugía plástica, asoman entre los múltiples papeles que quedan inventariados entre su pulcro escritorio de Congresista en Bogotá.

En el registro, en la agenda como legislador, temas disimiles que son analizados como el que reglamenta la peluquería en el país, el régimen de las Áreas Metropolitanas, Ordenamiento territorial, el deporte profesional, multas a parques de diversiones, acoso laboral, porte de armas blancas, educación ambiental, infraestructura y servicios de comunicaciones, le consultan desde los lugares más apartados de la geografía nacional. Responde con su mejor arma: el computador donde ordena el día a día como el avance, el estado de cada uno de los proyectos de Ley. Cada instante los Ministros le llaman para saber el itinerario relacionado con la radiografía del temario que se mueve en el Congreso.

Con este ingeniero no hay tregua: viene de repetir dosis, Se alzó con la credencial y con el rotundo triunfo en el acompañamiento al Presidente Santos. Estuvo siempre ahí en pleno frente de batalla.

Organizado con una cualidad especial: en este proceso le ayuda la administración y gerencia alcanzada, igual que la planeación y la gestión de proyectos, aprendida en diferentes cargos en los que ha actuado sin reproche y sin mancillar el cargo. 

Agrega – como para que no queden dudas – a su expediente el ser egresado de la Escuela de Alto Gobierno de la reputada universidad de Los Andes.

Ha demostrado ante distintos Ministerios y sus compañeros de Comisión, que tiene fondo y que no improvisa. Tiene visión de país desde el territorio que bien conoce y que redobla con la experiencia acumulada como profesor universitario. Está pendiente del mínimo detalle y si se permite, lo tienen como un perfeccionista en esa fábrica de leyes que estructuran con diversos rótulos. La Academia lo ha templado para retroalimentarse y conocer mejor la idiosincrasia del nuestro. 

Ello ha permitido que le haya subido el nivel a la política que se da mas allá del barro o del deambular por barrios y veredas. Le ha entregado compromiso y credibilidad a la política misma. Ajena, díría, a esa fastidiosa mecánica que sirve para medirla como la sumatoria del país de embrujo que se trepa entre el desorden institucional, para quedarse entre los vacíos humanos. Entre los pliegues del país sin justicia y del cabildeo para mercadear el voto. 

Burgos, digámoslo sin tapujos, es un político serio que se ganó Risaralda.

Religiosamente contesta a lista y no es un Congresista ausente más que calienta banca o se pasea en su curul por descarte. Le hemos visto actuar en el Congreso, con claridad exquisita. Del senador Carlos Enrique Soto, su fórmula, le ha aprendido el trabajo, la perseverancia y la lucha espartana con acompañar el ritual de las comunidades ávidas de respuestas, a las que recurren con frecuencia. 

A sabiendas que el pueblo le entregó el poder soberano en las urnas y que en estos dos períodos, le ha rendido y entregado dividendos, como pocos. De la U aprendió que la responsabilidad política y de respeto con el elector, consiste en rendirle informe periódico de sus actividades.

Es la segunda vez que revalida credenciales como Representante a la Cámara por Risaralda y se repite como presidente de la Comisión 7ª. Logro que pinta su talante estudioso y de político distinto.

Por eso, es sensato decir que el repitente Representante Burgos, hace quedar bien a Risaralda en el Congreso. Ojalá el doctor Mauricio Salazar (PC) -en esa misma Comisión- sea un émulo para que a Risaralda le vaya bien.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario