Todavía recuerdo la sorpresiva y extraña sonrisa de Yamit Amad, y
el casi sincope cardíaco que le provocó a una periodista de Radio Net,
ver a su lado al colega Jaime Garzon desnudo en plena cabina de radio,.
Dijo esa mañana que parecía serena, que tenía calor y alguien como un
chiste flojo, le sugirió entonces a él, que se desnudara; y de una se
nos empelotó, y ardió, Troya pero sonrió medio mundo periodístico, y la
anécdota sigue vigente como este sublime personaje quien vistió de arco
iris nuestras sonrisas.
Quien estas lineas escribe para entonces trabajaba
para CM&y hacia esporádicos reportajes regionales para Radio Net.
Pagaban lo mismo,pero me divertía el doble.
En
una ocasión en la fría Bogotá nuestro común amigo y ex-director jefe de
el Noticiero de las Siete Antonio Morales, quien tiene aún un
apartamento en el edifico desde donde se miran gratis las corridas de
toros de la Plaza Santamaría en la capital de la república, me invitó a
almorzar a un restaurante de sabor Cubano, con Jaime, y créanme fue el
menú más divertido del mundo.
De pronto estábamos los tres conversando sobre
anécdotas periodísticas del otrora dictador panameño General Manuel
Antonio Noriega, y se nos perdió entonces el hombrecito. Lo vimos de
manera inesperada parado sobre una mesa aledaña, con una rosa roja en
la boca, y soplando piropos a una linda Cartagenera presentadora del
Noticiero 24 horas, que estaba en compañía de un pretendiente, y el
humorista efectuaba la comedia de ser su romántico rival de turno, pero
la risa de todos, matizada con el ridículo de Jaime, fue el postre más
suculento que nos hayamos devorado en vida.
Porque en verdad, Jaime Garzòn era eso, un enamorado
empedernido, un poeta de la anécdota, un intelectual de la risa, un
soñador y romántico brillante, con la capacidad natural de medírlesele a
la conquista de mujeres y a la audiencia de los colombianos sin el
mayor rubor, inclusive si hubiese podido intentar conquistart a Soífa
Loren nuestra musa común, cuando capábamos clase para fugarnos al cine
de la ciudad, y quemar las naves de nuestros sueños eróticos
imposibles.
Se cumplen entonces, 15 años de impunidad que
parecen una eternidad en éste "País de Mierda" cuya frase en CM&,
la hizo célebre la noche precisa de su crimen, el presentador de
deportes Cesar Augusto Londoño, ese fatídico 13 de agosto de 1999, a
escasas cuadras de los estudios de radio, donde cada amanecer era una
sinfonía de risa y elocuencia noticiosa.
Pero, no asesinaron nuestras conciencias, y todos
reclamamos con la misma urgencia, el esclarecimiento de los hechos y que
los responsable muchos de ellos militares de alto rango, se sienten en
el banquillo de los acusados, de una justicia que cojea y pareciera no
llegar al fondo de las cosas simples, porque esta nación es de
conveniencias y la verdad se torna a veces tan difícil como la anhelada
paz.
La ultraderecha colombiana, tiene traje de
impunidad, o sino miren el caso del humilde corresponsal de
Teleantioquia en Tarazá, asesinado de manera vil en las últimas horas,
solo por "colocar discos", cuya melodía a la banda de los "Urabeños",
tampoco les gustó escuchar. Como la risa de Jaime Garzòn que a tantos
generales les afectaba en sus sucias conciencias de corrupción, miedo y
muerte, y como sigue impune el crimen del periodista y poeta de La
Patria, Orlando Sierra
Lo único distinto es que Jaime, todavía vive en nuestra memoria colectiva, pero en honor a la verdad, en Colombia: LA RISA MATA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario