OPINIÓN / Con los crespos hechos

Así quedó gran parte de la dirigencia de Pereira y Risaralda con la visita el pasado fin de semana del Vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras y de los Ministros de Transporte y de Vivienda, Ciudad y Territorio. ¿Por qué lo digo? Porque siempre que viene un funcionario de alto nivel a nuestro territorio todos nuestros periodistas y las fuerzas vivas se llenan de expectativas y esperan que éstas se traduzcan en noticias concretas y positivas.


Israel Alberto Londoño
Columnista
Al final, nuestros dirigentes, las fuerzas vivas y los medios de comunicación esperan anuncios sobre inversiones superiores a los $10.000 millones para los proyectos de impacto en una región para cuyas necesidades no resultan ni suficientes ni significativas partidas de $1.000 millones o de $2.000 millones. No hay que olvidar que ya Risaralda está pensando en obras macro y de alto impacto que demandan esfuerzos financieros muy superiores a lo que algunos están acostumbrados. Por ejemplo, para el Parque Temático de Flora y Fauna se esperan en los próximos años inversiones por $150.000 millones para terminar completamente el proyecto turístico del cual venimos hablando desde hace una década.



La modernización del Aeropuerto Internacional Matecaña espera que se ejecuten inicialmente los primeros $50.000 millones anunciados por el gobierno nacional, de los cuales se habló desde la época en que el actual presidente de la Cámara de Comercio, Mauricio Vega, hizo el anuncio de la aprobación de esta partida por parte a la entonces Ministra del Transporte, Cecilia Álvarez. Ello no solo le valió una condecoración en acto realizado en Expofuturo, con la asistencia de los ciudadanos más representativos de Pereira y Risaralda. Sin embargo de estos dineros prometidos hace más de dos años, solo han llegado al Municipio de Pereira cerca de $19.000 millones, lo que quiere decir que falta más del 60% por desembolsar, lo que hará en otras dos vigencias fiscales, por lo menos, lo que quiere decir que le corresponderá ejecutarlos a otra administración municipal.



En ese orden de ideas, no podemos esperar que el gobierno nacional, de la noche a la mañana, nos venga a entregar otros $80.000 millones de los cuales habló el hoy Vicepresidente de la República en plena campaña electoral, supuestamente con el aval del Candidato-Presidente, Juan Manuel Santos. Lo paradójico es que si buena parte de los procesos son lentos en las administraciones locales, mucho más lo son en la órbita nacional, dado que se necesita la voluntad del Director de Planeación Nacional, del Director del Presupuesto Nacional y de quien efectúa el desembolso, el que muchas veces no llega directamente al Municipio respectivo, sino mediante convenios y contratos interadministrativos que no son ni tan fáciles ni tan ágiles.



Con bombos y platillos, al Vicepresidente se le llevó también a la planta de tratamiento de agua La Nueva Aurora por parte de la gerencia de Aguas y Aguas. Sin embargo, a pesar de toda la fiesta y el alboroto, el funcionario se limitó a recorrer la obra y al término de la visita no hizo ningún anuncio de aporte y de vinculación adicional al proyecto.



¿Qué quiere decir eso? En términos coloquiales, ello quiere decir que debemos dejar de ser tan parroquiales, ser más prácticos, hacerle seguimiento minucioso a los proyectos en todas sus etapas, gestionarlos ante el gobierno nacional o tener un Gerente de Proyectos radicado en Bogotá y ser más mesurados en los anuncios de inversiones que a la postre no llegan o llegan tardíamente. De lo contrario, esas expectativas seguirán siendo objeto de dilaciones y nos seguirán dejando sin respuestas efectivas.



Hay que aclarar que no se trata de que nuestros dirigentes y nuestros congresistas no hagan gestión, porque sabemos efectivamente de su compromiso y de su voluntad. En tal sentido hay que sacar la cara por la gestión que hacen los senadores Soto y Merheg, el representante Patiño, Burgos y cada uno de ellos. El problema es que tenemos una muy pequeña participación en el Congreso, conformado por 256 senadores y representantes. Y eso pesa en el contexto nacional. A eso agregamos que no tenemos tampoco funcionarios en los altos niveles, salvo el recién nombrado Director Nacional de Planeación de Simón Gaviria.



Por ello, cada funcionario del alto nivel que llegue a la ciudad hay que recibirlo con el respeto que merece, pero tenemos que ser muy concretos y abstenernos de hacer fiestas anticipadamente. Porque al final del balance corremos el riesgo de quedar como dice el título de esta columna: con los crespos hechos.



Todo esto justifica, sin duda alguna, la decisión que va a tomar la Alcaldía de Pereira de establecer una Alianza Público Privada, APP, para hacer el lado tierra del Aeropuerto Matecaña, es decir la nueva terminal de pasajeros, la cual vale cerca de $90.000 millones que no los tienen la Alcaldía, ni la Gobernación ni ningún empresario privado de la región. Y muy seguramente tampoco los aportará la Nación.

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