Fuente / Prensa Latina
La sobreexplotación de los suelos provoca daños al eje cafetalero
colombiano, que sufre hoy el éxodo de sus habitantes, entre otros
perjuicios, alertaron expertos.
De acuerdo con informes del Instituto Geográfico (IGAC), citados por el
periódico El Tiempo, en las últimas tres décadas descendió la población
en el 55 por ciento de los municipios de Caldas, al igual que en
Quindío y Risaralda, departamentos que aportan la mayor producción de
café, famoso por su sabor y calidad.
Entre los factores que
explican esta migración de pobladores hacia otras regiones destaca la
ausencia de claridad en los planes de ordenamiento territorial, los
conflictos en el uso del suelo -empleados indiscriminadamente para la
actividad agropecuaria- y limitaciones con el terreno para seguir
cultivando, precisó la misma fuente.
Según Germán Darío Álvarez,
subdirector de Agrología del IGAC, el desplazamiento poblacional que
vive el eje cafetero responde al agotamiento de los recursos y a la
inadecuada distribución de las tierras.
Actualmente la única
garantía de sostenibilidad que tenemos es la utilización planificada del
terreno, la situación más favorable es la de Quindío, donde es menor la
depredación, manifestó el funcionario.
El director del IGAC,
Juan Antonio Nieto, hizo recientemente un llamado a entidades públicas y
privadas para frenar estos fenómenos y evitar la excesiva concentración
de los habitantes en unas cuantas ciudades.
Ligada al eje
cafetalero, la cordillera central cuenta con más de 11 millones de
hectáreas, la cuarta parte de la población de la nación y la quinta del
Producto Interno Bruto, por lo que su planificación territorial es
compleja, opinan estudiosos.
Colombia es el tercer país
productor de café y el principal cultivador del tipo suave, parte de su
núcleo productivo está inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial,
debido al arraigo de las tradiciones asociadas a la siembra y cosecha
del grano.
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