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Israel Londoño Columnista |
Pereira tradicionalmente ha sido una ciudad que toma decisiones de alcaldes y gobernadores elegidos popularmente a través de acuerdos o pactos políticos.
Se dice que un acuerdo o pacto es en términos coloquiales la unión de dos o más personas, en este caso grupos políticos en función de trabajar con un mismo fin: ganar las elecciones para Presidencia, Alcaldía o Gobernación. Estas situaciones ya se presentaron con anterioridad en la región, recuerdo hace más de 26 años el famoso “Ricardazo” en alusión al pacto que establecieron de cara a las elecciones de 1988, primera elección de Alcalde Popular en Pereira.
En esa época disputaban la Alcaldía los doctores Ernesto Zuluaga Ramírez y Jairo Arango Gaviria, como los más opcionados; estos eran enconados rivales políticos con fuertes equipos de trabajo, estaba en su furor la división Liberal regional, entre Oscar Vélez y César Gaviria Trujillo. En esa época Jaime Salazar Robledo, jefe político tradicional tenía como candidato a don Ricardo Ilián, persona reconocida en todos los círculos sociales de la ciudad y quien no tenía una gran opción de superar a los dres Zuluaga Ramírez y Arango Gaviria.
Por tal motivo, Oscar Vélez Marulanda y Jaime Salazar Robledo, hicieron un pacto para que los votos de don Ricardo Ilián se fueran a fortalecer la campaña de Jairo Arango Gaviria, a la postre ganador por una diferencia de más de dos mil votos. Vale la pena recordar que en esa época para sufragar, se usaba la papeleta y no el tarjetón. También hay que recordar el famoso pacto de Guacarí, el cual permitió a la dra. Martha Elena Bedoya ganar las elecciones para Alcaldía del año 2000.
Hoy a un año de las elecciones regionales se habla de dos importante Pactos políticos; el que suscribieron el representante Diego Patiño Amariles, el exalcalde Juan Manuel Arango y Samy Merheg a fin de apoyar el candidato a la Alcaldía del Partido Liberal “todos ya saben en la ciudad quién va a ser” y el Liberalismo apoyaría al candidato conservador que señale el senador Merheg. El otro Pacto del que se habla insistentemente es el que van a suscribir los integrantes del movimiento Unir y el Partido Cambio Radical con el Partido de la U que preside el senador Soto, para buscar candidato a la Alcaldía por el partido de la U y candidato a la Gobernación de el equipo Cambio Radical-Unir. Todo esto como consecuencia del armar y desarmar el rompecabezas político de la región, a diferencia de los años anteriores, los pactos políticos se realizaban en torno a las personas definidas ya como candidatos y no por las conveniencias individuales de los jefes políticos, destacándose que nadie desempeñándose como Alcalde o Gobernador definía a la persona que lo iba a suceder, eran los jefes políticos, senadores o representantes a la cámara, los que se ponían de acuerdo en el mecanismo de selección.
Quien rompió esta tradición fue el exalcalde Luis Alberto Duque Torres, quien señaló a dedo a quien consideraba él lo iba a suceder, generando una gran división en el partido Liberal con las consecuencias de que allí triunfo el Pacto de Guacarí con la exalcaldesa Martha Elena Bedoya.
Considero que los pactos o acuerdos políticos deben realizarse de manera incluyente y con mecanismos claros que lleguen a la base popular. Si no es así, vamos a tener en la ciudad y en el Departamento cuatro o más candidaturas de diferentes movimientos, tanto para las Alcaldías populares como para la Gobernación. O simplemente que estos pactos de los que se habla actualmente terminen desintegrándose o con rupturas a principio del año 2015 cuando inicien de lleno las campañas a cargos de elección popular.
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