OPINIÓN / ¡Encuestas que secuestran!

Hace carrera en Colombia la exploración de opiniones sobre los comportamientos ciudadanos en diversos temas. Incluso, la explotación del Yo personal del gobernante de turno para “medirlo” de acuerdo con circunstancias del mercado. Del consumo.

Las famosas” encuestas” – ya “probadas” en la región- como recetas acomodadas y que conocen bien la intención delirante del pago anticipado, impulsan nombres, promueven nombres, secuestran nombres y hasta desaparecen nombres y gobiernos.

A los mercadólogos ¡se les va la mano! Pero muchos de ellos saben hasta donde les alcanza en esa piñata para la obtención de información. Lo más grave es el uso posterior de la misma si se trata de crear anonimato sobre una función específica. De restarle importancia y “desprestigiar” gobiernos para que otros se suban en hombros de una manera fácil. Hábil. Torticera.

Ha hecho carrera que el que paga, escoge (elige, en el término político). Posiciona el producto máxime si su contenido es electoral, administrativo, oficial.

Existe en Colombia una carrera loca por visibilizar resultados sin control alguno. Los procesos electorales son pulverizados fuera de tiempos por las “mediciones” extras que cuelgan como si fuese dorado.

Por allí ronda una, donde clavan al alcalde de Pereira, Enrique Vásquez, como el pésimo del paseo con cierto tufillo maloliente para hundir a la U como endoso de su origen. Con una ceguera de miedo.
O, que decir, del gobernador Botero, a quienes ya en el pasado – sin sonrojo alguno – dieron siempre como perdedor de la carrera en la que se le “voló a los secuestradores”. Esto es político.

No toleran que hayan perdido con Soto- Burgos o con el propio médico Botero. Por eso les “enciman” un pódium que mas que desacreditarlos, visibilizan la intencionalidad de aporrear, censurar y castigar lo que en las urnas les quedó chiquito. 

¡Esto es un cobro anticipado!

No es la primera vez que las encuestas “se equivocan” y no pasa nada.

Actúan con una “mala leche” que se les sale del tarro. Montan “entierros” anticipados con la creencia de la “pesca milagrosa” que la gente asimila con sus “implacables resultados”.

La clave objetivo: Risaralda, Pereira y la política.

Ejemplos existen, se dan silvestre, de manera generosa desde tiempo atrás, vamos en la procesión electoral con ciertos avispados que seducen electorados con la mágica compra de sus “chimburrias” encuestas.

Con eso golpean y callan. Compran y vetan. Le “cargan la mano” al gobernante de manera peligrosa en el sainete electoral. Sirven para el desprestigio.

Esto no es nuevo. La fábrica de chocolates existe. Es una técnica de reunir información específica para alterar comportamientos, muchas veces con intenciones de receta.

Las encuestas hay que rescatarlas. No dejarlas que se pudran en la mixtura de quien “paga, elige”. Tampoco pueden ser un escampadero para hacer mandados no a terceros sino ¡a primeros!

No hay comentarios:

Publicar un comentario