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Carlos Vicente Sánchez |
Excelente columna del escritor y gestor cultural Carlos Vicente Sánchez publicada en el periódico LA TARDE, de como las mayorías del Concejo de Dosquebradas coadministran de espaldas a la ciudad, y como por falta de gestión del secretario de educación de Dosquebradas Homel Carmona, se perdieron varios equipos de sistemas que ofrecía el Ministerio de las TICS y que servirían para dotar la biblioteca pública de este municipio.
Cuando los concejales de Dosquebradas estaban debatiendo el asunto complejo de las fotomultas, dejaron pasar por alto un proyecto que sin duda haría más fácil la consolidación de una ciudad incluyente. Ellos se opusieron a la institucionalización de las Vías Activas.
Dosquebradas se resume en dos avenidas y barrios desordenados a lado y lado, no tiene complejos deportivos, ni teatro, ni museo, ni redes de bibliotecas, ni planes de cultura, ni planes de lectura, ni espacios amplios y seguros de recreación que no sea solo el lago de La Pradera, no cuenta con una infraestructura adecuada para los ciclistas, no se hicieron ciclo rutas y aún no se conoce si en el POT existan posibilidades de incluirlas. Desde Boquerón, hasta la Popa, se podrían dibujar más de cien estrellas negras, como las que se hacían en una anterior campaña de tránsito, y no existe fotomulta que borre esta realidad.
Las vías activas permiten consolidar una ruta de esparcimiento, segura y amplia que conecta a Pereira con Dosquebradas, para recorrerla en bicicleta, a pie y hasta con la mascota, convirtiendo los domingos en un día estimulante. Pero a los Dosquebradenses, después de 42 años, les toca buscar en Pereira lo que no se encuentra en su pueblo, es decir un lugar para que en familia podamos disfrutar sin desgaste ni temor del ejercicio físico. Las vías activas ofrecen esta posibilidad, dinamizan como en las grandes ciudades, el cuerpo y la salud. Porque una ciudad no es solo comercio, gasolina, comida y trago, esa es una visión bastante reducida de la palabra, y esa es la que tienen los concejales del municipio, quienes parecen desactivados con el ideal de una ciudad humanizada y sustentable.
Las foto multas generaron un debate hasta grosero en la sala del concejo. Se hicieron evidentes los intereses que subyacen tras esta decisión, un contrato a veinte años con una empresa encargada del complejo montaje en dos avenidas sin capacidad de tránsito, de acuerdo al crecimiento exponencial de vehículos que se verá en el futuro, semáforos desprogramados y una irrisoria infraestructura alterna de vías. Un pueblo con estas características va a invertir 10 mil millones de pesos en tamaña iniciativa, pero no invierte en espacios culturales renovados, ciclorutas y otras para el crecimiento y desarrollo sociocultural y humano de nuestros habitantes. Luego se quejan de falta de pertenencia, o de no tener identidad. Es lógico que esto ocurra porque el habitante de Dosquebradas se ve obligado a buscar otros espacios de encuentro fuera de su perímetro territorial.
Por otro lado, quisiera saber por qué la Secretaría de Educación dejó perder la entrega de los equipos de sistemas que ofrecía el Ministerio de las TICS y que servirían para dotar la biblioteca pública. Me atrevo a estas teorías: 1. No existe capacidad para recibir tamaña donación porque en la biblioteca municipal de Dosquebradas ya no cabe un alfiler parado. 2. No existe interés en brindar acceso a las comunidades, es decir que no se expande la oferta porque todo debe quedar en el CAM. 3. El secretario de educación del municipio no sabe cómo gestionar estos proyectos de índole cultural porque carece de una buena asesoría.
En todo caso, después de 42 años y más de doscientos mil habitantes, falta una infraestructura cultural adecuada para estas oportunidades. Feliz cumpleaños de todas formas.
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