Ella es algo así como un fino, silencioso y laborioso y gigante girasol que hoy se nos marcha...
Una discreta mujer, que se viste elegante para nunca reprender. Una profesional de pocas palabras y muchas acciones; y en verdad, la líder natural de un grupo, al que le suda olor de dignidad y capacidad de trabajo con resultados...
Desde el pié hasta el alma, sentimos un extraño frío, cuando nos comunicó, así no más, su decisión muy respetable de marcharse, tres años después de llevar sobre sus hombros un complejo proceso de Directora de Comunicaciones en la Gobernación de Risaralda, y una experiencia que jamás soñó tejer entre talento y audacia.
No es fácil este asunto de dirigir las comunicaciones corporativas públicas en la región, pero a Mónica Gómez Jaramillo, nunca le faltó calidad humana y siempre tuvo tiempo.
Aquí trabajamos periodistas con pasión, entrega y mucho sacrificio, porque simplemente amamos lo que hacemos, y nos gusta de verdad, entregaros a nuestra gente.
Ella, además siempre es prudente, mística, hábil, recursiva y sobre todo yo no se de dónde "diablos" sacaba tanta paciencia, para sacudir una tropa y organizar mil ideas en una, y cumplir a tiempo cuarenta tareas al unísono, los siete días a la semana y casi las 24 horas del día como es el estilo del gobernador Carlos Alberto Botero López.
Supo exprimirnos a cada uno, nuestro humilde pedazo de talento, nos convirtió en una familia, que aprendió a conjugar el verbo trabajar en equipo.
Yo pudiera escribirle una y mil palabras más, pero solo quiero pronunciar una:
AMIGA.
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