OPINIÓN / ¿Estamos preparados para la tercera vía económica?


Después del foro en Cartagena donde se reunieron grandes personalidades del mundo a debatir los temas económicos de la región entre ellos, Bill Clinton, Tony Blair, Cardoso, Lagos y el Español Felipe Gonzales, se marca la línea económica a la cual nuestro jefe de Gobierno y de Estado quiere llegar. 

La tercera vía en términos simplistas significa una aproximación teórica y una propuesta política que sugiere un sistema de economía mixta, ahora bien, un acercamiento a la teoría económica Keynisiana tratada desde la crisis económica y un alejamiento ga los conceptos económicos de Adam Smith y Marx. En los sistemas capitalistas Suramericanos el concepto de liberalismo económico basado en el monstruo del mercado, donde oferta y demanda son los gendarmes de la economía, el Estado es un hijo pequeño de regulación cuando este colapsa o simplemente interviene en las políticas trazadas a través de los planes de desarrollo del gobernante de turno, empero el punto medio siempre ha generado desconfianza inversionistas en las llamadas democracias débiles, es decir, ni tanto que queme el “santos” José Obdulio Gaviria, ni tampoco que no lo alumbre Jorge Robledo.

Pero el concepto no es novedoso para quien ahora se atribuya la autoría del mismo, en Colombia nuestro sistema está planteado de esa manera desde la adopción de nuestra Constitución Política de 1991, solo es revisar dos artículos de donde se desprende como está concebido nuestro Estado en términos económicos. Al respecto el título XII Del Régimen Económico Y De La Hacienda Pública en sus artículos 333 y 334 respectivamente rezan “La actividad económica y la iniciativa privada son libres, dentro de los límites del bien común. Para su ejercicio, nadie podrá exigir permisos previos ni requisitos, sin autorización de la ley. La libre competencia económica es un derecho de todos que supone responsabilidades….” Es decir política de MERCADO liberalismo económico y a reglón seguido el artículo 334 que fue modificado por el artículo 1 del acto legislativo 003 del 2011 y desarrollado por la ley 1695 del 2013 dicta “La dirección general de la economía estará a cargo del Estado. Este intervendrá, por mandato de la ley, en la explotación de los recursos naturales, en el uso del suelo, en la producción, distribución, utilización y consumo de los bienes, y en los servicios públicos y privados, para racionalizar la economía con el fin de conseguir en el plano nacional y territorial, en un marco de sostenibilidad fiscal, el mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes, la distribución equitativa de las oportunidades y los beneficios del desarrollo y la preservación de un ambiente sano” clara política de Estado intervencionista. 

Fíjese como de una lectura sistemática de los dos artículos se puede fluctuar de un Estado de derecho, hacia uno social de derecho y desencadenar en un Estado de bienestar de potencias político – económicas como Suecia. Así de bondadosa es nuestra carta Magna y la refuerzan los grandes fallos socio – económicos de las Altas cortes en jurisprudencias que ya son precedentes, aunque discrepo con algunos fallos, pues nuestros Magistrados tienen una amplia formación Jurídica y vagos conocimientos económicos que les polarizan los ojos a la hora de explicar fórmulas que deben cumplir los mandatarios con sus escasos recursos. Aunque mi formación es en derecho, la economía me parece una disciplina obligatoria para cualquier profesional, solo con una formación mediana de esta se puede ayudar a construir cambios sociales.

Desde Timbergen y Frish primeros Nobel en economía “por desarrollar y aplicar los modelos dinámicos para el análisis de los procesos económicos”, pasando por las contribuciones al análisis del bienestar económico de Amartya Sen y cerrando con la aplicación de teorías y métodos para explicar los cambios tanto económicos como institucionales de Douglass North, nuestro Estado en su joven vida republicana, no solo debe buscar el equilibrio de la economía como disciplina fuerte en el campo de la aplicación de métodos de estudio, sino caminar al unísono con el derecho y la seguridad jurídica en la aplicación de cambios sociales, políticas de Estado y la articulación armónica de las tres ramas del poder público. Solo desde ese punto de partida estaremos dando un paso seguro a la tercera vía, no se nos puede olvidar nuestro crecimiento económico ascendente y la riqueza de nuestra nación….

CRISTIAN GUTIERREZ ALVAREZ 
Columnista 
Abogado 
Maestrando en Derecho Publico

2 comentarios:

  1. con tal de que no lleguemos a estar como venezuela todo bn

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  2. Excelente artículo Doctor, debemos esperar que las nuevas políticas públicas no vayan en contra de un desarrollo sostenible, no sólo desde lo económico sino incluyendo factores sociales y ambientales.

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