Por: ÁLVARO RODRÍGUEZ HERNÁNDEZ
Especial para RISARALDAHOY.COM
La fiesta tuvo una inesperado baile: el empresario Roberto Gálvez se “bajó “de su aspiración para entregar la bandera de la “Pereira que todos soñamos” al dos veces ingeniero, Luis Enrique Arango Jiménez.
Sin intermediarios, con la prensa de testigos y cerca de una docena de amigos que lo acompañaron durante una rueda de prensa donde leyó un documento de 3 páginas.
En medio de esa bandera limpia que huele a Pereira, a confianza y credibilidad, el integrante de la junta de dirección de la ANDI, recabó que es hora de “unirnos por la capital y su institucionalidad”.
Mientras Luis Enrique quien se denomina El Alcalde, guarda en sus manos y aprieta la bandera roja y amarilla, martilló lo que es una sentencia a voces: “llegó la hora de afianzar el interés colectivo para derrotar pequeñeces particulares”.
Para “bajarse del bus” tuvo en cuenta los cerca de dos mil empleos que lo acompañan en ese “monstruo” que es Bussccar y que direcciona un perfil más universal con sus viejos amigos del Brasil. Lógico y que exigen su presencia.
Considera que hoy la mejor política es la gente.
PEREIRA: EL MEJOR PARTIDO
Este abogado, egresado de la Libre, nació en Pereira, donde son sus hijos y sus sueños, precisa que esta ciudad es sin lugar a dudas el mayor partido electoral y que por lo tanto “ no podemos convertirnos en u7n gran centro comercial rodeado de miseria”.
Imploró muchos brigadistas con sus aportes para “empujar la ciudad”. Al decirlo a alta voz no trae espejo retrovisor. Lo dice con respeto. “Para ello no podemos actuar con egoísmo”.
En ese apoyo fuerte donde insiste que será un activo de su campaña a la alcaldía del ingeniero Arango, coincide en que es necesario un gran acuerdo por Pereira que “concite la voluntad de todos y sin exclusiones”.
En esa apuesta, resalta que para ello debe existir un gran respeto por el bien público y la ciudadanía y llevando la transparencia a su máxima expresión”.
Recalca en la importancia de cimentar en el conocimiento y en la experiencia probada y para ello, en un anuncio importante, declara que hay que hacer planeación para vencer la improvisación”.
“Ello implica la necesidad de un liderazgo colectivo que como un imán atraiga y se multiplique con otras voces, voluntades y manos.
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