En la región existen unos indicadores de percepción que matan.
Lo digo por esto: cuando se dan opiniones acerca de temas públicos o de ciudad, se le da una credibilidad a los líderes gremiales de un 4 por ciento. Nada.
Pero eso no es lo grave: gana el 40 por ciento que es ninguno. No creemos ni en los sacerdotes (18 por ciento)